
Cuando era joven conocí a una chica en la sala de baile Cibeles en Barcelona, era un sabado por la tarde. Quede con ella para el domingo, en un sitio determinado. El domingo cuando llegó la hora y no había llegado pensé que me había dado plantón y me fui a buscar el autobús para irme con los amigos. Ya en el autobús, cuando se puso en marcha, volvi a mirar por la ventanilla y la ví. Estaba esperandome. Entonces baje a la parada sigiente y fui corriendo a su encuentro. Empezamos a salir y me casé con ella, tubimos un hijo, que hoy tiene ya 36 años. A veces pienso qué hubiera pasado si no llego a mirar por la ventanilla del autobús.
¡ Dichoso el destino !
Hola Juan.
ResponEliminaSí no habías mirado por la ventilla. No tubeste este checo de 36 hora.
Hola Juan.
ResponEliminaEspero que esteis muchos años juntos.
Hola Ramona.
ResponEliminaMe parece que ese sentimiento lo tenemos casi todas las madres.